(No es el nombre de una canción, son signos auxiliares (< >))
signos ortográficos. Son todas aquellas marcas gráficas que, no siendo números ni letras, aparecen en los textos escritos con el fin de contribuir a su correcta lectura e interpretación. Cada uno de ellos tiene una función propia y unos usos establecidos por convención. Hay signos de puntuación y signos auxiliares.
Signos de puntuación. Sus funciones son marcar las pausas y la entonación con que deben leerse los enunciados, organizar el discurso y sus diferentes elementos para facilitar su comprensión, evitar posibles ambigüedades en textos que, sin su empleo, podrían tener interpretaciones diferentes, y señalar el carácter especial de determinados fragmentos de texto —citas, incisos, intervenciones de distintos interlocutores en un diálogo, etc.—.
La información relativa al uso específico de cada signo se ofrece en su entrada correspondiente (→ coma; comillas; corchete; dos puntos; interrogación y exclamación (signos de); paréntesis; punto; puntos suspensivos; punto y coma; raya).
b) Signos auxiliares. Sus funciones son muy variadas y se explican en las entradas correspondientes a cada uno de ellos (→ apóstrofo; asterisco; barra; diéresis; guion; llave; párrafo; tilde).
ANTILAMBDA O DIPLE (< >). Signos auxiliares. Bajo esta denominación, se agrupan los signos ortográficos que no pertenecen a ninguna de las dos clases anteriores y cumplen muy variadas funciones, algunas de carácter periférico. Los más comunes son: el guion, la barra, la llave o el apóstrofo y en otras de tipo técnico como la antilambda o diple, (< >), el asterisco (*), el signo de párrafo ( § ), el calderón ( ¶ ) o la flecha (→). (Recuperado de la Internet: Diccionario panhispánico de dudas).
MI APOSTILLA: Les confieso mis cultos lectores, que es la primera vez que descubro cómo se llaman estos signos auxiliares (< >) antilambda o diple; pues siempre los he utilizado como comillas angulares, también llamadas latinas o españolas « ». Aunque también son signos matemáticos básicos: mayor que >; < menor que; no es igual a a= >.
Siempre manifiesto que frecuentemente la recepción e interpretación correctas y precisas del mensaje, se ven entorpecidas no solo por las llamadas barreras, sino por los fallos que se comenten al hablar o escribir, como por ejemplo: "la mala dicción de las palabras, su consecuente y nefasta repercusión en la ortografía, la ignorancia del significado exacto de muchos vocablos, los errores sintácticos, la incorrecta utilización de los signos de puntuación, el inadecuado uso de las formas y tiempos verbales, el empleo equivocado de una u otra preposición y un largo etcétera".
Los signos de puntuación intentan suplir en la escritura a la entonación y las pausas. Necesitamos diferenciar estas entonaciones por medio de algún tipo de signo. Lo mismo sucede con las pausas, por lo que "una coma puede hacer variar dramáticamente el significado de una oración", "puede desvirtuar el sentido de la frase".
Así que leamos los siguientes dramáticos o divertidos ejemplos del uso de la coma (,):
"Se dice que el zar Pedro el Grande tenía unos impresos preparados en los que ponía matar no tener piedad con los que firmaba las penas de muerte o sus conmutaciones. Si quería ejecutar al reo, ponía la coma tras matar: matar, no tener piedad; si por el contrario quería que la pena no fuera llevada a cabo, ponía la coma tras no: matar no, tener piedad".
Sin embargo, "una coma vale mucho" y la suscrita muestra un ejemplo clásico en los talleres que imparte de ortografía y redacción: "Se dice del general Carías, mandó el siguiente telegrama a la cárcel, para indultar (liberar, absolver) a un reo": Indultado no fusilen.
Pero el carcelero, no sabía ortografía y puntuó la coma en "no,":
Indultado no, fusilen. (…Y fusilaron al preso…).
Por lo correcto, debiendo colocar la coma después de "Indultado," :
Indultado, no fusilen.
Leamos otros menos crueles, pues solo quiero llevarlos a que pensemos que no es lo mismo decir:
Elena, te llama Juan; que: Elena te llama, Juan.
De mi amigo Óscar, no le cuento nada. / De mí, amigo Óscar, no le cuento nada.
Tu caballo come alfalfa. / ¡Tú, caballo, comé alfalfa!
Quien canta, sus males espanta. / Quien canta sus males, ¡espanta!
No, es verdad. / No es verdad.
El tipo dijo: «Darwin es un burro». / «El tipo —dijo Darwin— es un burro».
La colocación de estos signos conlleva un significado, por lo que hay que pensar muy seriamente si hay que colocar un signo o no y dónde. Entonces, tenga en cuenta que "la puntuación es la respiración de la frase". No hay reglas absolutas de puntuación; pero no olvide que una frase mal puntuada no queda nunca clara.
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