Políticos, funcionarios públicos, rectores, periodistas, pastores, alcaldes, directores de medios hablados, sacerdotes, estudiantes, maestros y otros profesionales, se han empeñado en desaparecer la letra "D", nuestra cuarta letra del abecedario en español. El hecho de que su pronunciación sea consonántica dental sonora, no quiere decir que ha perdido su sonido.
Así en este largo listado, los corruptores de nuestra lengua tienen todavía la audacia de pronunciar o decir estas palabras con acento en la Á; y las leen de esa manera aunque estén bien escritas. Ignoro si por aquello de la economía del lenguaje, descuido o ignorancia de las normas ortográficas. Estas son:
universidá
seguridá
libertá
vecindá
ciudá
maldá
novedá
creatividá
especialidá
tranquilidá
intelectualidá
identidá
enormidá
curiosidá
bondá
cualidá
electricidá
preciocidá
credulidá
crueldá
confidencialidá
densidá
ejemplaridá
edá
felicidá
solidaridá
confraternidá
moralidá
extremidá
integridá
voluntá
eternidá
MI APOSTILLA: Y un largo etcétera… En español, el fonema "de", procede por evolución natural ininterrumpida desde el latín–, de cultismos –voces tomadas tardíamente de latín o del griego, (que no han sufrido las transformaciones características de las voces patrimoniales– o de préstamos de otras lenguas). El hecho aquí hoy, es que los actores mencionados al inicio, están transgrediendo nuestra lengua, y qué lástima que aún ningún padre de la patria, no haya propuesto una Ley que proteja y conserve el idioma español.
Desde Tisingal y todos mis refugios idiomáticos, en especial este; se despide en Cristo, su averiguática amiga, trabajadora del lenguaje y por la cultura hondureña, VILCAST
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