“Mi nombre es Sergio Mauricio Pinchentti, soy periodista desde 1981 en LU 22 RADIO TANDIL, además de haberme desempeñado en el Sindicato de Prensa Tandil como Secretario General en 1990 y ocupar actualmente una vocalía en el gremio que conduce Miguel Iademarco.
En junio del año pasado mi señora, Mabel Altamirano, de 44 años, de profesión docente y abogada, padeció un ataque cerebral isquémico que en un primer momento la dejó en estado de sopor. Les aseguro que mi vida y la de mis hijos, cambió, en cinco minutos.
Tras permanecer un día internada en el Sanatorio Tandil decidí su traslado a la Clínica La Sagrada Familia de Barrancas de Belgrano. Mi mujer, adelante en una ambulancia, mis hijos y yo detrás, con la angustia del momento y solos de toda soledad.
Lo único que llevamos a Buenos Aires fue a mi mujer y, por supuesto, la angustia que nos daba respiro.
En plena madrugada me comuniqué con Beto Cuchán y Miguel Iademarco para comunicarle lo que nos pasaba y allí comenzó el primer eslabón de una cadena de contención, material y afectiva, que nos sigue conmoviendo.
Sin saber dónde alojarnos, angustiados y sin demasiado dinero pasamos una mañana en un hotel cercano a la Clínica. A las 10 de la mañana de ese día llegó el llamado de la compañera Irene señalándome que la Federación, anoticiada de lo que vivía disponía de un Hotel para mí y mis hijos sin más requisito que ocuparlo.
Nos instalamos en el Hotel Odeón de la calle Humberto Primo. Allí fuimos recibidos con los brazos abiertos, fuimos contenidos, cuidados, instalados en diferentes habitaciones (triple cuando venían mis hijos) y simple cuando yo quedaba solo.
Estuvimos 35 días sin que hubiera uno solo en el que me objetaran, me consultaran o se interiorizaran por mi salida. Irene llamaba casi a diario para preguntar por la salud de mi esposa, si necesitaba algo y para reafirmarme que me quedara el tiempo que sea necesario.
Han pasado algunos meses. Fuimos acomodándonos a la nueva vida, mi señora Mabel está en franca recuperación en nuestro domicilio y pese al tiempo transcurrido no crean que nos olvidamos de esa mano tendida ante tanta vulnerabilidad. En verdad, si no me comuniqué antes fue sencillamente porque mi equilibrio emocional no lo permitía.
Desearía que este testimonio fuera compartido por todos mis compañeros de prensa de la Argentina, porque me siento verdaderamente orgulloso de pertenecer a la FATPREN, por la calidad humana de su gente y la solución a problemas tan dramáticos como el nuestro.
Este es el gremio en que muchos otros tal vez deberían fijarse sobre todo en momentos donde otros sectores del gremialismo están siendo objetados por gruesas irregularidades.
La vida terrenal de nuestra familia no alcanzará para agradecer todo lo que hicieron por nosotros. Difícil es, con palabras, expresar todo lo que nos dieron”.
GRACIAS, MIL GRACIAS.
MABEL, SERGIO, SEBASTIÁN Y FERNANDO PINCHENTTI
MIS LECTORES: El Jueves Santo, 21 de abril, recibí de la Prensa Fepalc este bello testimonio, del compañero periodista argentino Sergio Mauricio Pinchentti, miembro de la Federación Argentina de Trabajadores de la Prensa, FATPREN, el cual comparto con ocasión al Día del Periodista, a celebrarse el próximo miércoles 25 de mayo, para que tomemos ejemplo de la gran solidaridad que nos demuestra este agradecimiento, cuando pasamos momentos difíciles, de salud, atribulaciones, necesidades económicas y un largo etcétera. ¡Esto sí es un verdadero apoyo gremialista!
Por lo que, en este estado intermedio, en lo único que debemos confiar, es en la realidad del Salmo 23:1 de la Paternidad Divina: “El Señor Es mi Pastor… Nada me faltará”. A los y las periodistas, les deseo que Dios los bendiga en abundancia y a mí también.
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