sábado, 24 de septiembre de 2011

«IMPLEMENTAR» O «IMPLANTAR»

La Fundación del Español Urgente recomienda que no se abuse del verbo implementar, y se recurra a otros como: aplicar, ejecutar, cumplir, poner en práctica o llevar a cabo.
La Fundéu BBVA ha observado que cada vez es más frecuente que en los medios de comunicación se abuse del verbo implementar y por ello se leen titulares como: «El FMI sugiere implementar el impuesto a la renta personal en Paraguay» o «Vecinos piden la implementación de medidas de seguridad en la zona».
Se recomienda que se usen otros verbos con los que se puede denotar la misma acción: aplicar, ejecutar, cumplir, poner en práctica o llevar a cabo.
Por tanto, en los ejemplos anteriores hubiera sido más apropiado, por ejemplo, escribir: «El FMI sugiere aplicar el impuesto a la renta personal en Paraguay»; «Vecinos piden que se lleven a cabo medidas de seguridad en la zona».
¿Implementar es un barbarismo? En México se usa mucho, incluso en discursos oficiales. ¿Es correcto aplicarlo? Se trata de un anglicismo incorporado hace tiempo a los diccionarios de español con el sentido de 'poner en funcionamiento, aplicar métodos, medidas, etc., para llevar algo a cabo'*.
A propósito de verbos comodín, me gustaría conocer su opinión sobre el caso del verbo «implementar», que casi puede sustituir a todos los verbos existentes, de acuerdo con lo observado en amplios círculos de la comunicación en México. (*Ìdem).
Dudo sobre la adecuada utilización de los verbos IMPLEMENTAR e IMPLANTAR. No sé si para la acepción (establecer o poner en ejecución algo) se pueden utilizar indistintamente o cuál es el matiz y significado de cada uno de ellos. Leamos qué dice mi amigo el gordo el Diccionario de la Real Academia Española sobre:
implementar.
1. tr. Poner en funcionamiento, aplicar métodos, medidas, etc., para llevar algo a cabo.
implantar. (De in-1 y plantar).
1. tr. Plantar, encajar, injertar.
2. tr. Establecer y poner en ejecución nuevas doctrinas, instituciones, prácticas o costumbres U. t. c. prnl.
3. tr. Med. Realizar un implante.
Según esas definiciones del Diccionario es difícil usar esos verbos como sinónimos. (Recuperado de la www.fundeu.es, del 09/12/2010)

Ejemplos de implantar: 1. Le implantaron una prótesis en la rodilla. 2. Implantar una moda.
Ahora veamos otro concepto sobre IMPLEMENTAR:Como su nombre indica, implementar significa "plementar dentro". Etimológicamente, viene del latín Plemento, plementare, plementatum o sea, pimiento. Se refiere a la costumbre de los labriegos del bajo Lazio de plantar pimientos a las tres de la mañana, cosa que hacían por pura superstición, pues pensaban que si los plantaban de día, los gamusinos y los biosbardos aparecerían a comerse las semillas, y claro, era una lata. La relación entre el plementare latino y el palabro a que se refiere este artículo es todavía una incógnita, si bien el profesor Oppenheimer, inventor del internet, escribió un estudio al respecto, ensayo que hoy en día ha desparecido”.

El Diccionario de informática dice lo siguiente sobre implementar:
1. Formas y métodos para llevar a cabo algo.
2. En desarrollo de sistemas informáticos, la implementación es la etapa donde efectivamente se programa el sistema.
3. En programación, la implementación es la programación de un determinado algoritmo en un lenguaje específico. Por ejemplo, un algoritmo en pseudocódigo se implementa en forma de código de un lenguaje de programación.

Mi apostilla: Implementar es un verbo que no existe en español, por lo que se considera un barbarismo. Las siguientes son algunas de las palabras que lo pueden sustituir correctamente: fundar, crear, implantar, instituir, organizar, establecer, constituir, formar, instaurar, estatuir, empezar, hacer, poner, plantar, aplicar, plantear, imponer, llevar a cabo, desarrollar, formular, buscar.
Sinónimos de implementar: realizar, efectuar, hacer. Sinónimos de implantar: establecer, crear, fundar, constituir, fundar, constituir, instaurar, ajustar.

lunes, 19 de septiembre de 2011

¿SEXO O GÉNERO? ALGO SUENA MAL…

«La confusión entre género y sexo penaliza al lenguaje de tal forma que hace que muchas palabras suenen mal. Y el discurso yerra de tal manera que puede hacer que en el lector o en el oyente del mismo se produzca un rechazo que lo inutilice. El proceso de aplicar el sexo en vez del género es más difícil o imposible en idiomas como el inglés, que distingue los géneros en algunos artículos pero no en los sustantivos o adjetivos. En las lenguas habladas en España se confunde sexo con género porque los géneros van también en nombres y determinantes.

Me encontré un día al catedrático Alonso Zamora Vicente, durante muchos años secretario perpetuo de la Real Academia Española (RAE), quien me conocía como El Asturianín cuando impartía sus clases en la Escuela Oficial de Periodismo, lecciones amables y magistrales. Me preguntó en qué periódico trabajaba y cuando le respondí se echó las manos a la cabeza y dijo: «Ese diario lo he tenido que retirar de mis cursos de español para extranjeros porque escribís horriblemente».

Imaginen una crónica así:
«La portavoza, que había sido testiga de una atroza pelea en la sesión, señaló que la edila de la representación rivala no era jueza imparciala a la hora de calificar a la concejala de mártira de la lídera de la agrupación medioambientala».

Así sería parte de la descripción de una controversia desarrollada en un Parlamento si aplicamos a las palabras la distinción por sexo y no por género. Y es que en un idioma o en una lengua los vocablos tienen género pero no sexo. Y mientras los sexos son dos, femenino y masculino, los géneros pueden ser, si hablamos del español-castellano, hasta seis: femenino, masculino, neutro, común, epiceno y ambiguo. Por tanto, feminizar unas palabras («feminizar» es una voz no contemplada en el Diccionario de la RAE, «masculinizar», sí) no significa convertirlas al sexo femenino sino al género femenino.

Términos como
concejal, edil, juez, líder, dirigente, aspirante, presidente, portavoz, docente, sindicalista o, sin ir más lejos, periodista pueden representar a los dos sexos aunque sean de géneros distintos de femenino y masculino. Un nombre epiceno es el que «con un solo género gramatical, puede designar seres de uno y otro sexo», según la RAE. Y si la Academia define género ambiguo como el «común de cosa que se emplea como masculino o como femenino», dice del común que es el que «no posee género gramatical determinado y se construye con artículos, adjetivos y pronombres masculinos y femeninos para aludir a personas de sexo masculino y femenino respectivamente». Género y no sexo.

Otro de mis profesores, el catedrático Emilio Alarcos Llorach, hablaba de intención cuando el uso lingüístico decide la indistinción de los géneros. No soy experto en gramática ni en lenguas, pero creo que la evolución del inglés le ha llevado a situar el género solamente en algunos artículos y pronombres. Quizá debería ser esa la tendencia del español. Sonaría mejor. (Recuperado de la Internet: Fernando Granda,
La Nueva España)
MI APOSTILLA: El lunes 12, en Canal TEN, escuché al señor José Eguren, delegado residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pronunciando un discurso en materia de Seguridad ciudadana en Casa Presidencial. Pero el consabido ´pero´, inició con un lenguaje no sexista: “Ciudadanos y ciudadanas”, “hondureños y hondureñas”, “Todos y todas sabemos”… Por favor, señores, ¡qué les pasa, no pierdan el tiempo, repitiendo como monos estas frases trilladas; recuerden que los vocablos en un idioma o lengua NO TIENEN SEXO, SINO GÉNERO. ¡Mejor estudiemos el lenguaje administrativo no sexista para enriquecer sus intervenciones!; ya que en español el masculino plural es genérico, es decir, vale para ambos géneros. Por lo tanto, la pronunciación correcta sería: Todos los ciudadanos, Ciudadanía hondureña, Todos los representantes; Todo mundo sabe, La ciudadanía sabe, Todos los hondureños saben. Sin caer en el desdoblamiento, abuso de repetición, y aburrimiento en sus discursos, para que “no suenen mal”. ¡Ah, y recuerden que yo corrijo con amor!

domingo, 11 de septiembre de 2011

FEMICIDIO O FEMINICIDIO

Feminicidio o femicidio es un neologismo creado a través de la traducción del vocablo inglés femicide y se refiere al homicidio evitable de mujeres por razones de género. El feminicidio pretende, dentro de la esfera de la violencia contra la mujer, ir más allá del concepto tradicional de las acciones violentas contra las mujeres, para englobar otras conductas que habitualmente no son tenidas en cuenta como, por ejemplo, la falta de atención médica a problemas sanitarios femeninos (en campos como la ginecología y la tocología) que deriven en un aumento de la mortalidad femenina. Habitualmente el término no es realmente entendido y se utiliza como la feminización del homicidio.
El femicidio, parte del bagaje teórico feminista, procede tanto de las autoras Diana Russell y Jill Radford en su obra "Femicide. The politics of woman killing" como por Mary Anne Warren en 1985 en su libro "Gendercide: The Implications of Sex Selection". Ambos conceptos fueron castellanizados por la política feminista mexicana Marcela Lagarde como "feminicidio", siendo adoptado este término, tras un largo debate, frente al término "genericidio".

Las mujeres entre los 15 y los 44 años tienen una mayor probabilidad de ser mutiladas o asesinadas por hombres que de morir de cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra combinados.

De acuerdo al Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF) entre 113 y 200 millones de mujeres desaparecen demográficamente.

Esta brecha es el resultado de diversos mecanismos:
-Aborto de los fetos de niñas basado en una selección deliberada.
-Infanticidio en los países en los que se prefiere a niños varones.
-Falta de comida y atención médica, que se desvía hacia los miembros masculinos de la familia.
-Los llamados «asesinatos de honor» y las muertes de dote.
-Violencia doméstica o de género.

Esto implica que cada año entre 1,5 y 3 millones de mujeres de toda edad son víctimas de la violencia de género. La falta de cuidados médicos implica el fallecimiento de 600.000 mujeres al año durante el parto.

Definición del feminicidio

El femicidio es usado para describir los repetidos asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez (Chihuahua, México) y Ciudad de Guatemala (Guatemala), debido a que se considera que la justicia local no está investigando los crímenes. La mayoría de las mujeres son violadas y algunas mutiladas, torturadas o incluso descuartizadas.

También hay sospechas de que hay femicidio entre las mujeres indígenas canadienses. Quinientas mujeres aborígenes han sido declaradas como desaparecidas o han sido asesinadas desde 1980, un número desproporcionado si se tiene en cuenta lo reducido de la población indígena canadiense. Estudios sociológicos explican que estas mujeres son vistas como blanco fácil para la violencia porque su raza las sitúa en lo más bajo de la jerarquía social y económica. Muchas de las mujeres desaparecidas han sido descartadas como prostitutas, que supone un factor de riesgo, y su desaparición no ha sido investigada. Uno de los hechos que ha llevado la atención internacional sobre las mujeres de Canadá fue el asesinato de Helen Betty Osborne en 1971.

Mi apostilla: Con el perdón de las “chonas”, pensé que ellas habían inventado la grafía “femicidio” en Honduras, pero veo que no fue así. Sino que el femicidio, se debió a parte al bagaje teórico feminista, procede tanto de las autoras Diana Russell y Jill Radford en su obra "Femicide. The politics of woman killing" como por Mary Anne Warren en 1985 en su libro "Gendercide: The Implications of Sex Selection". Ambos conceptos fueron castellanizados por la política feminista mexicana Marcela Lagarde como "feminicidio", siendo adoptado este término, tras un largo debate, frente al término "genericidio".

Como pueden ver nuestros periodistas y compañeros, operadores de justicia, jueces, y un largo etcétera: feminicidio o femicidio es un neologismo creado a través de la traducción del vocablo inglés femicide y se refiere al homicidio evitable de mujeres por razones de género. (Fuente: recuperado de la enciclopedia libre, ¿cuál pues!... la “Wikipedia”, ahhh)